31 enero 2013

Izquierdosa

Soy un monstruo, uno bien feo.
Reté a la institución del matrimonio y decidí que vivir sola me hacía feliz, lo que me convierte en un atentado contra el status quo y la estabilidad del sistema.
No soy atea, pero tampoco soy creyente, no voy a la iglesia y eso me convierte en mala influencia.
Tengo un tatuaje en la piel y eso me ha de volver marera.
Uso el pelo corto y eso le da a la gente un poco de lástima, no solo por el sacrificio de mi cabellera, sino porque asumen que es una penitencia que llevo profunda y con dolor o bien una forma de rebeldía.
Creo que cada quien es libre de vivir su sexualidad a su gusto y antojo y eso me hace lesbiana, "defensora de huecos" y desubicada. Yo estoy mal, porque su biblia dice que debe ser hombre y mujer, casados y aprobados por la sociedad. Amén.
Además defiendo la vida, lo que me hace ser guerrillera e izquierdosa, dentro de la amplitud de su discernimiento.
Total: soy el caos.
Mucho gusto.

-Tía, ¿qué pensarías si te dieras cuenta que sos un robot? pregunta mi sobrino de 6 años.
- ¿Y si te dieras cuenta que todos lo somos? añade mi hija.

Y me dejaron pensando.

18 enero 2013

Credo

Creo:

1. En la vida y a huevos, esto incluye la muerte.

2. En la coherencia, porque nunca he sido más feliz que cuando coincide lo que pienso con lo que hago.

3. Creo en la humanidad y en un par de cosas esenciales que nos ayudan a convivir aunque no convivamos, como el respeto a los derechos del otro y la otra y algunas obligaciones necesarias para este sistema que aunque no me gusta, abordo diariamente, como pagar impuestos, cumplir con mi trabajo, pagar lo justo, no contaminar, bla-bla-blá. Bla-bla-blá.

4. Creo en el amor en cualquiera de sus formas, el amor bonito, cálido, tierno; el amor intenso, el que se apaga rápido, el que atropella, el que crece, el que resplandece y creo en su muerte natural o no, lo que sea y que pueda convivir con la libertad: alimenta.

5. Creo en las reacciones químicas, en el instinto de supervivencia, en la ciencia y en las fórmulas que nunca son las mismas para todos.

6. Creo en las preguntas y en las infinitas formas de respuesta, en las espirales, en el eco, en el tiempo, en las coincidencias y en aquellas que no lo son pero que condimentan, de alguna forma, eventos que de otra forma serían planos y sin gracia.

7. Creo en el arte y creo en vivir. Es redundancia, porque no se puede vivir sin arte y viceversa y en cierta forma he elegido vivir mi vida esculpiendo cada detalle de acuerdo a lo que me gusta: puede ser un trozo absurdo e informe o una cornisa elaborada. Yo la decido, o decido no decidir, pero es esta propiedad de decisión la que me inunda y me hace nadar todos los días, con tabla o sin tabla de surf, contenerme dentro de la balsa o abandonarme en el agua profunda o no nadar, que al final el no tener plan es un buen plan.

Así, querido terapeuta, que no tengo mucha complejidad para mostrarle.  Solo estos puntos. El detalle lo voy construyendo.  A veces me lo invento y me cuadra. A veces me toca levantarme del suelo, sacudirme las rodillas y seguir caminando. A veces lloro y a veces río y eso me recuerda el punto número 8:

8. Río, como y lloro con ganas, porque la risa y el llanto son como el amor, si se guardan se pudren. Y la comida ¡ay! no tengo justificación para ese pecado.

Son 8, el resultado de sumar 4 y 4. Es decir, doblemente perfecto. (¿Otra coincidencia?)

Tarea cumplida.

Lo veo en febrero.


16 enero 2013

Blanco y negro


Quiero tomarle una foto a la tristeza, no imagino si será gris, si mostrará una sombra. Si esa sombra será la de mi madre, caminando sola y soltando su propia vida de un amor de muchas décadas. Tampoco sé si será tu sombra, la que ahora se inunda de sí misma y se ahoga, incapaz de sobrepasar un amor que se te quedó a medias.  Tampoco sé si la tristeza será un arcoiris reflejado en el sorbo que das cada noche entre viernes y domingo, buscándome a mi o a ella, o a mi en ella o a ella en mi, o a vos en nosotras o a nosotras en vos. Tampoco sé si tu rutina calmada, tus recursos fáciles y esa risa burlona será la tristeza, cuando en la noche buscás no encontrarme y lees sin que te lea, refugiándote en un amor mediocre, que se siente seguro detrás del silencio.

Puede que la tristeza sea un espejo y entonces descubriré el eco y no podré captarlo a menos que me lo invente, como suelo hacer con todo. Y entonces no tendrá importancia. Ni el color, ni el encuadre, ni la profundidad de campo, ni la composición.
Es solo el reflejo.  


¿Te apuntás?

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Si pudiera dejar de escribir, seguramente lo haría. Mis otros blogs: lilianavillatoro.wordpress.com oracogeecocaro.blogspot.com eldecalogodelciempies.blogspot.com