"Las cuatro y media, quédate a dormir
está lloviendo, dónde vas a ir,
si ya no queda un sitio abierto en esta ciudad.
Anda, sécate el pelo, que te vas a enfriar.
Ya sé que no me amas, ni yo a ti,
para qué me lo vas a repetir.
Las palabras no son más,
que un oscuro antifaz
una manera de disimular tu ansiedad.
hay sitio para los dos
y nada va a pasar
que no queramos tú y yo.
Las cuatro y media, no me asusta
contigo la estrategia habitual,
qué importa que nos acabemos de conocer,
así podrá el azar jugar también su papel.
Porque mi té termina el café,
no hay ninguna muesca en la pared
si quieres irte ahora, bajo a abrirte el portal,
perdí ya tantas noches,
qué más da una más..." Quédate a dormir, Joaquín Sabina
El miedo es desnudarse y no encontrar promesas.
Haz una historia. Brinda a la salud del amor o lo que sea.
Busca un soundtrack, pop, rock, da lo mismo.
Vìste, desviste, acuerda los términos para evitar un fin.
No preguntes,
cree en el destino que te manda una idea original
y escribe respetando el cánon.
Hazte una amistad, envuélvela con lujuria suficiente para un viaje largo,
dale libertad e inicia el safari.
Niégate y permite al amor su ideal de bien común, él lo merece.
Habla, calla, ríe y llora, siempre habrá una razón (encontrarla era la tuya).