Tal vez sea que el amor ya se acabó o yo no le entiendo.
Aprendí a hacerme mis propias conjeturas, pero a veces no me alcanza la razón para saber si quedarme o salir corriendo... y siempre gana la última opción.
Tal vez sea que el día es malo, que el calor es exigente y esta absurda tarea de volverse invisible resulta inmensa. Tal vez solo sea que este marco apretado me está asfixiando y que ya me cansé de ser la mirilla a la que apunta el dedo acusador.
Son ustedes los que se obligan a seguir haciendo historias predeterminadas y yo soy la enferma.
Son ustedes los que viven mintiéndose para ser felices y soy yo la incoherente.
Son ustedes los que se embarazan para sentirse inmensos, realizados, finalizados, concluidos, para encontrar la paz... y soy yo la incompleta.
Son ustedes los que caminan de la mano siempre, haciéndose la estampa de la perfección, seguros dentro de su círculo de mentiras y soy yo la cobarde.
Disculpen ustedes las molestias. Soy yo nada más, la sentimental, la hormonal, la pendeja a la que le hackearon la cuenta del banco y se quedó sin ánimo para seguir luchando cuando siempre va a seguir siendo la mitad de algo.
No son ustedes, seguramente soy yo, pero hoy muy poco me importa.
Aprendí a hacerme mis propias conjeturas, pero a veces no me alcanza la razón para saber si quedarme o salir corriendo... y siempre gana la última opción.
Tal vez sea que el día es malo, que el calor es exigente y esta absurda tarea de volverse invisible resulta inmensa. Tal vez solo sea que este marco apretado me está asfixiando y que ya me cansé de ser la mirilla a la que apunta el dedo acusador.
Son ustedes los que se obligan a seguir haciendo historias predeterminadas y yo soy la enferma.

Son ustedes los que se embarazan para sentirse inmensos, realizados, finalizados, concluidos, para encontrar la paz... y soy yo la incompleta.
Son ustedes los que caminan de la mano siempre, haciéndose la estampa de la perfección, seguros dentro de su círculo de mentiras y soy yo la cobarde.
Disculpen ustedes las molestias. Soy yo nada más, la sentimental, la hormonal, la pendeja a la que le hackearon la cuenta del banco y se quedó sin ánimo para seguir luchando cuando siempre va a seguir siendo la mitad de algo.
No son ustedes, seguramente soy yo, pero hoy muy poco me importa.