26 agosto 2012

Bitácora

Día 154-Galaxia II-En órbita

Aquí todos tienen miedo. Se sonríe porque se acostumbra, pero se temen las pérdidas. 
Se guarda lo que no se tiene, con la esperanza de que sea propio.  Se prueba la confianza porque no existe certeza propia ni ajena. Se presume la honestidad con pruebas infantiles y camisas forzadas. Todo es falso. Se aplaude lo que no se ve. Se censura para no reconocerse.  Todos son fantasmas de su propia sombra, caminando quedos, lentos, en abrazos que no logran entibiar cada soledad.  

Aquí todos se quieren, pero nadie se conoce. Todos se miran pero nadie se desnuda. Aquí existe un silencio impostado en algarabía. Aquí solo se ama lo que parece virtud. Y el amor es un animal indefenso que se queda preso. Temblando, gruñendo, arañando, forzando, hasta volverse débil. Y el miedo, que lo observa todo, se planta erguido y de un manotazo lo consume. Muerde y saborea migaja a migaja la tristeza que se va desprendiendo y la vida que nunca fue.

Aquí los incendios solo existen sin luz. 
Y todos sienten frío.

23 agosto 2012

10:30

Cuando tu plan termine,
cuando aprendás a caminar,
cuando la multitud te absorba
y luego te escupa
cuando te encontrés
cuando decidás regresar...

Quisiera decirte que no voy a estar
pero quién sabe.

22 agosto 2012

Deudo

-Tenemos que hablar- dijo con la voz pesada pero temerosa, la que siempre lo acompañó y lo volvió inhumano. Sólo pude pensar en las lancetas de metal olvidadas sobre la cama, en la sangre y en las sábanas.
Nunca hablamos.
Pretendió forzar una confianza que nunca existió. Quería que le contara mi vida y mis planes de muerte, exigió que así fuera. No hablé. No lo hice. Nunca.
Dos meses después, en uno de tantos ataques de rabia, apuntó aquel dedo enfático en mi rostro y me culpó. Expió su culpa nuevamente en mi.  
En el objeto, en el trofeo. 
Y se olvidó del asunto, como se olvida casi siempre de todo, hasta de querer.


Rojo tenue.

No quiero sanar.
No me interesa lamerme las heridas,
quiero exponerlas
sentirlas
admirarlas en mi soledad
quebrarme la piel
inundarla con agujas
drenar la sangre
gota a gota
Toda.
Perfecta.
Liviana al fin.


14 agosto 2012

Todo es denso. Los sonidos se escuchan amortiguados, como al final de algo que no entiendo qué es. Como cuando te hundes profundo en el agua y todo se escucha claro, pero lejano.
Estar sin estar.
Cercano el calor. Dos llamas que se desprenden lentas, constantes, terribles.
Murmullos apagados, alguien reza.
No entiendo por qué me llaman.
No quiero regresar. 

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