
Sembraré un árbol que represente mis raíces.
Caminaré con los pasos lentos en un espacio que será por fin mío.
Cerraré los ojos, imaginando arcoiris en tonos ocres.
Despertaré segura de abandonar la pesadilla.
No dudaré en abarcar mi propio abismo. Desde la orilla de mis gotas en calma, de su carencia de playa, inauguraré un charco con un barquito de papel, confiaré en su corta navegación. Soplaré y haré una tormenta y lo veré hundirse mientras mi fe en lo efímero se restaura y me preparo para irme, sin nada.
La oscuridad vendrá y me cubrirá. No acierto a escuchar voces ni pasos que susurren cuándo o cómo, pero confío en que no se atrase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario