corra, pero sin caer
porque vienen carros detrás
y no tenemos seguro para pagarle las piernas.
Acelere.
Frente a cada puerta encontrará bolsas, cubetas, costales.
¿Huele mal?
Perfecto. Vamos por eso. Tómelo, con las manos, sí.
No le dimos guantes porque este es trabajo rudo y de todas formas se le gastarían en la primera cuadra.
No se queje.
¿Tiene trabajo, verdad?
¿Beneficios? Siempre hay cosas deseables que alguien más lanzó por descuido o por exceso.
Tómelo, pero luego.
Ahora, enfóquese.
Eficacia y eficiencia ¿recuerda?
Esas son nuestras prioridades.
Recoja bien la basura y recójala rápido.
Los que vienen detrás no deben notar que la velocidad disminuye, no deben verlo.
Usted es invisible.
Tome las bolsas, los sacos, las cubetas, no aspire, es por su propio bien.
No aspire ni con la nariz ni con la voluntad o va a sentir que se le va el alma cada vez que su brazo se levanta y con todas las fuerzas lanza el paquete a la parte trasera del camión.
Ya está, se deshizo del bulto maloliente.
No es gran cosa,
es trabajo.
Siga.
No piense. Vuelva a correr. No caiga. Eficacia y eficiencia.
Recuerde.
Y no aspirar.
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